Pedro Chávarry Vallejos, se ha convertido en poco tiempo, en el Fiscal de la Nación, más odiado, muchos exigen para él; la cárcel, lo acusan de participar en la organización criminal, «los cuellos blancos del puerto», liderada por el exjuez supremo César Hinostroza Pariachi – la cuál como sabemos, permitió una red, de tráfico de influencias, que se repartía los cargos entre su entorno.
El día de su elección, por la Junta de Fiscales, ya se había generado sobre Chávarry, una atmósfera negativa, lo que hacía pensar, que no sería fácil, que el inefable fiscal nacional, lograra alcanzar el poder, como titular del Ministerio Público, es por ello, que su designación, fue apenas por un voto, (3-2); dos de ellos fueron de sus opositores, y otros dos, de sus adeptos; su voto, inclinó la balanza.
Como sabemos, a la ceremonia, de la investidura de Pedro Chávarry, como Fiscal de la Nación, solo asistió, el expresidente del Congreso de la República, Luis Galarreta Velarde, integrante de la bancada de Fuerza Popular; y desde ahí se vinculaba al flamante titular del MP, con los cuadros más importantes de la mayoría congresal, aunque las dudas, no terminaban de esclarecer el tema.
Pedro Chávarry, se había mostrado fuerte para soportar la andanada de críticas, que desde los medios, le hacían al fiscal supremo, al unísono, todo parecía estar perdido para él, porque las evidencias –audios grabados- ponían en jaque, al hombre fuerte del Ministerio Público, quien desde antes de asumir el cargo; no se sentía seguro, demandando apoyo, a Hinostroza Y Camayo.
Los tentáculos de la mafia de «los cuellos blancos del puerto», empezó a operar, César Hinostroza convocó a Camayo, para que organizara una reunión con periodistas de segundo nivel, para que apoyaran a su amigo, y le levantaran su imagen, a través de su influencia en sus medios, pero para muchos, esto no iba a dar resultado, porque los comunicadores, no gozaban de poder mediático.
En otra oportunidad Pedro Chávarry, le pidió al exjuez supremo, para que le ayudará, a alejar a un colega, que venía importunándolo, situación, que habría manejado a favor de Chávarry, la otrora autoridad del Poder Judicial, este hecho, se habría anexado, entre otros temas, a los antecedentes de tráfico de influencias del titular del MP, aunque pareciera no ser sólido como prueba delatora.
Pero cuando los grupos del poder mediático, te quieren hundir, lo hacen, y esto pasó con Chávarry, a través de idéele, que colgaba en sus páginas, reveladoras evidencias, grabadas, pero también informativas, que había concertado con los poderes de investigación oficial, el martilleo fue constante, y la opinión pública, como siempre ocurre, convirtió en un villano al jefe del MP.
Lo irónico del Fiscal de la Nación, es que los fiscales, Vela y Pérez, que hoy están a cargo, de la investigación sobre el caso Odebrecht, fueron colocados por el propio Chávarry, los mismos, que hoy son sus cuchillos, lo acusan de intromisión en la investigación, y jugar en pared con el fujimorismo, pero no será por ellos que deje el cargo, sino por el CAL, que pretende suspenderlo.