Demasiada exposición, doña Dina Boluarte y don Alberto Otárola, son muñecos de cartón para mucha gente, porque durante lo que va del gobierno, no han logrado sintonizar con la ciudadanía, la primera con presencia en el gobierno de Pedro Castillo y el segundo en el gobierno de Ollanta Humala, son piezas de recambio en el ajedrez político de quienes los ven con postura demagógica

Se asegura que quienes sostienen a dichos personajes en el gobierno son algunos legisladores que requieren tener a Boluarte en el poder porque así será posible seguir generándose recursos pues al tener la seguridad que Dina Boluarte no renunciará no habrá fuerza ideologizada que lo logre pues son muchos parlamentarios, que lo menos que quisieran es interrumpir su gestión legislativa.

Es por esto, que contra todo pronóstico la presidenta de la república y el premier del gobierno se muestran confiados que teniendo socios en el parlamento está asegurada su permanencia en el poder, o por lo menos no serán tan duros con sus investiduras que se muestran cuestionadas, en tanto, aquellos que sí tienen motivo para fustigarlos siguen en su intento de echarlos de palacio.

Empero como se sabe que en el país se dividen las hinchadas como en el futbol, nadie asegura que la tranquilidad de las barras bravas puedan desatarse en cualquier momento y aparecer la furia de las calles destrozando todo lo que encuentren y generando reacciones policiales en la asonada, pese a ello hasta donde ha podido Dina Boluarte se ha atrevido a enfrentar a al toro por las astas.

En efecto las últimas acciones de la presidenta muestra a una mandataria envalentonada y segura de que será escuchada como ocurrió en su visita a Apurímac donde nuevamente volvió a generar expectativas, y tuvo la buena nueva de contar con el respaldo de las autoridades, como no, también hizo entrega de títulos de tierras lo cual no es una concesión sino un programa nacional.

Con la distribución del billete a todas las regiones para paliar el fenómeno, el gobierno cree que ha cumplido, sin entender que en muchas provincias y departamentos de nuestro país ha sido nulo el gasto público en ese contexto, así que las precipitaciones y deslizamientos ocurrirán y ocasionarán daños a las viviendas que siguen debajo de los cerros o las laderas de los ríos, eso pasa siempre.

Pero como en el gobierno también existe alguna suerte, ni los temblores, el oleaje anómalo de las playas, ni el anuncio de un terremoto en Lima de grandes consecuencias alteran al gobierno, pues el calor superior a los 30 grados no es suficiente para dorar la indiferencia de la mandataria y sus acólitos quienes se felicitan de saber que tendremos un fenómeno del niño moderado en el 2024.

Con un ministro de economía como Alex Contreras, que debería comer menos porque tiene el vientre voluminoso, y pende de un hilo, por la serie de incorrecciones que aplica a su portafolio, la presidenta Dina Boluarte Zegarra estuvo en un tris de cambiarlo, pues convocó hasta a dos especialistas en su cartera, pero al final contra todo, el gordito de marras se mantuvo en su puesto.

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