El poeta Jorge Pimentel, cofundador del Movimiento Hora Zero, luego de treinta y dos años de publicar Tromba de agosto (1992), ha sacado a la luz Jardín de uñas (FCE, 2024), un poemario que, según el escritor y crítico literario José Carlos Yrigoyen, “es el libro más importante publicado por un poeta peruano en el siglo XXI”.

Este escritor fundamental de aquel movimiento, en el que Enrique Verástegui destacó junto con grandes figuras como Juan Ramírez Ruiz, ha lanzado su quinto libro, el cual, como era de esperarse, contiene la esencia fundamental de su poesía y la de sus contemporáneos: una voz social y psicosomática en sus hablantes líricos.

Entre estos encontramos a comerciantes, mafiosos, mendigos, alcohólicos, drogadictos y poetas, entre otros personajes, quienes, a través de una polifonía lírica, poetizan sobre su condición de vida y su ser frente a un mundo atrapado en las coyunturas urbanas de Lima y sus periferias capitalinas.

Como un gran escritor que ha profundizado en los temas que lo obsesionan —esos demonios personales, culturales e históricos de los artistas—, esta nueva publicación recoge la esencia y la metafísica que Jorge Pimentel ha trazado desde sus primeros trabajos, como Kenacort y Valium 10 (1970) y Ave Soul (1973).

La poesía de Pimentel se caracteriza por un lenguaje crudo, directo y cargado de un fuerte contenido social y político. Utiliza su arte lírico para denunciar y criticar el sistema oficial, rompiendo con las formas tradicionales de la poesía, rechazando el lirismo clásico y proponiendo una voz más urbana, desenfadada y, muchas veces, violenta en sus imágenes.

Este poemario no es la excepción. En algunos de estos poemas, emplea un habla cotidiana, llena de jergas y referencias urbanas, lo que le permite conectar con la realidad del lector común. Su influencia de la contracultura peruana es evidente, incluyendo movimientos como el punk, el beat y los poetas malditos franceses.

Se cuenta que la mayoría de las composiciones de este libro fueron escritas durante su internamiento en un centro de rehabilitación en Chosica, donde vivió en carne propia los sufrimientos y sentimientos de esa caterva de alucinados y desposeídos que fueron sus compañeros en ese mundo de desasosiego.

Como buen poeta que, antes de juzgar, entiende, comprende y siente, Jorge Pimentel también ha cantado a la solidaridad, a la esperanza y a la confraternidad. Pero lo hace con un tono ácido, mordaz, polifónico. Es un poeta que ha tomado la voz de aquellos que sufren y no saben cómo expresarlo, y lo ha hecho de manera impersonal, naturalista, urbano-marginal.

Por ello, su poesía es personista y psicosomática: mezcla el pastiche, lo conversacional, y la interconexión entre mente y cuerpo, con una atmósfera abstracta y figurativa, en la que el lector busca ese contenido siempre presente y oculto, lo cual es una forma exquisita de poetizar.

En el poema “Líquidos a Martín Pomalaya”, el poeta dice: “La palabra inusual el vértigo el gesto no mienten./ No mienten./ Nos pertenecen en su frágil devoción”. En la composición “Monserga”, el vate canta: “solos y abiertos/ solos y en el impulso/ solos y la noche/ solos y la luz/ solos en la faz/ solos en la razón/ solos afuera/ solos libres”.

En el poema “La carta notarial de Santiago Aliaga Guisado”, los últimos versos son memorables y rezan: “Cuando el poeta hace de escribano,/ es que no ha perdido todos los papeles”. En “Inmerecidos por Cirilo Toledo”, se leen los siguientes versos: “Nadie le sacará esa imagen de la cabeza/ de Velasco Alvarado/ de Manuel Prado/ de Belaúnde Terry/ del General Odría”.

O en “Este es el paraíso”, el hablante lírico versa: “Este es el paraíso que nos dijimos abrazados,/ y una verdadera cara nos maldijo,/ colgando las inmensas arañas de la verdad”. En este libro se encontrará la esencia del poeta y, además, recalcamos que el lector hallará lo que siempre le preocupó a Jorge Pimentel.

Para finalizar este artículo, en las redes sociales algunos escritores han avivado el debate de que El mundo es ancho y ajeno (1941), del novelista Ciro Alegría, supera a todas las novelas de su contemporáneo José María Arguedas. Desde mi perspectiva como lector temprano y voraz del indigenismo, esta afirmación me resulta deleznable y poco certera.

En efecto, comparto la opinión de los críticos literarios de la época que señalaban que la novela total de Ciro Alegría pecaba de un exceso de historias entrelazadas con la trama central, lo que provocaba que un lector entendido se aburriera al leer de principio a fin las más de cuatrocientas páginas de la edición íntegra.

Esto fue precisamente lo que me sucedió cuando intenté releerla o, mejor dicho, leerla en su totalidad a los veinte años, durante mis estudios universitarios. Mi primer acercamiento a ese clásico peruano fue a través de la publicación revisada por Dora Varona, autorizada por el mismo autor, en la que se suprimieron algunas historias secundarias, manteniendo la unidad del tema central, con el propósito de hacer la obra más accesible para los estudiantes.

No obstante, como novela total del indigenismo, de denuncia y protesta social contra la corrupción y la vileza de los poderes del Estado en perjuicio de los indefensos campesinos, es paradigmática y, es necesario recalcarlo, canónica. Por ello, apostaría a que esos escritores que afirman lo contrario no han leído la edición íntegra, ya que, con seguridad, los aburriría y evitarían hacer tales afirmaciones sin fundamento.

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Francois Villanueva Paravicino

Escritor. Estudió Literatura y la maestría en Escritura Creativa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Autor de Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019), Sacrificios bajo la luna (2022), Los placeres del silencio (2023). Finalista en Poesía del Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro” (2024). Mención de honor del Premio Nacional de Relato Corto (2023) “Feria de Libro de Amazonas”. Mención especial del Primer Concurso de Poesía (2022) y de Relato (2021) “Las cenizas de Welles” de España. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España.

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