Carlos Iván Landa Kerschbaumer.
No ha sido nada grato para nuestro país, el presente año 2017, que está expirando y dando su último aliento, pero que en su camino sin retorno, está dejando una secuela de escándalos, y de hechos lamentables, hace unas horas nomás, hemos visto las imágenes a través de los medios de comunicación, de los actos de corrupción perpetrados por las empresas asociadas con Odebrecht.
El país, con estas nuevas evidencias, ha sufrido un nuevo sacudón, tras el aluvión de situaciones que comprometen a los dineros públicos, en el último caso, se ha obtenido información de los exfuncionarios de la empresa brasileña, que como un pulpo, corrompía a todo lo que encontraba a su paso, siendo las autoridades políticas, las que cayeron redonditas, seducidas por dinero negro.
Esta vez, lo que era un secreto a voces, se hizo realidad, al denunciar el Ministerio Público, que empresas reputadas en el campo de la construcción, formaron parte del tinglado de Odebrecht, coludiéndose con esta en el robo sistemático de los recursos del Estado, que como sabemos ha deteriorado enormemente la economía de nuestro país a través de los megaproyectos que existen
Para ir descubriendo todos estos hechos deplorables, la Fiscalía de la Nación, ha tenido que transar con personajes oscuros del ámbito brasileño, de consumados actos delictivos, que ejercieron cargos empresariales para seducir a presidentes, y autoridades públicas de nuestro país, y del mundo, ofreciéndoles de manera ilícita, dineros, para obtener licitaciones públicas a su favor.
A consecuencia de ello, proyectos importantes de nuestro país como el Gasoducto, Majes y otros, han sufrido una erosión, dilapidándose los recursos del Estado, pero no solo se ha afectado a las ejecuciones de las obras del gobierno central, sino también ha ocurrido con otros proyectos generados desde el gobierno metropolitano, elevando costos, para generar recursos para coimas.
La corruptela, ha sido tan atroz, que aún no se descubre hasta donde ha extendido sus tentáculos el pulpo de Odebrecht y otras empresas constructoras brasileras, que observaron, que era muy fácil captar dineros públicos, a través de la actitud dolosa y mafiosa, en que ellos incurrieron, para así perpetrar hechos criminales, que han causado grave daño no solo a nuestro país sino al mundo.
El Ministerio Público, viene realizando una tarea titánica, para dar con los responsables de estos hechos delictivos, que se conocen, pero, que aún no puede llegarse al fondo, porque los negocios dolosos realizados están ocultos, y tienen que develarse con la información que proporcionen personajes involucrados, más allá de los Barata, y Odebrecht, hoy les toca el turno a los peruanos.
Estos son solo algunos hechos que retratan, el accionar delictivo de malhechores de cuello y corbata que hicieron fortuna, desde los ámbitos nacionales e internacionales, las autoridades han tenido que verse obligados a conminar y amenazar a estos sujetos, para obtener información como colaboradores eficaces en libertad, a cambio de delatar a sus cómplices en este escándalo.