El caviar Rafo León, recientemente sentenciado por una jueza por agravios personales contra la ex editora del diario El Comercio, Martha Meier Miro Quesada, ha desencadenado en una férrea defensa al autor de una columna publicada en la revista «Caretas» donde el escriba califica con epítetos degradantes a su colega, por el simple hecho de ningunear la gestión de Susana Villarán.
Como siempre ocurre, estos «rábanos», siempre están apoyándose, y hacen todo lo posible para llamar la atención, y por eso se pican, cuando otros, piensan diferente, como el caso de la señora Meier, que solo ha criticado la gestión de la «roja» Villarán de nefasta actuación como alcaldesa metropolitana de Lima, a quien le salvaron el cuello de ser revocada y después quedó sin cancha.
«La gestión de Villarán es la más patética que ha padecido nuestra ciudad», habría expresado Martha Meier en su artículo «El Síndrome de Susy» publicado en el diario «El Comercio», lo que le reventó a Rafo León, por considerar que la autora, no tenía fundamentos para atacarla. La misma habría calificado de franeleros a sus adeptos, criticando a Villarán por lanzarse en piscinas vacías.
En respuesta a esto, Rafo León, siguió defendiendo a «Susy» Villarán. Indicando que MMMQ (Martha Meíer Miro Quesada) perpetró una alianza con el cardenal Cipriani sobre la unión civil, el aborto terapéutico, la defensa cerrada de la familia occidental y cristiana, refiriendo que en sociales aparece envuelta en zorros, tomando el té con las cuatro condesas que dan lustre a Lima.
León, sigue refiriéndose a la autora del artículo, y reproduce textos que señalan: «Nada es su culpa ni la de su club de ineptos franeleros, perdón, «chalineros». La señora bien podría pasar a la historia por ser víctima de un nuevo y desconocido trastorno de personalidad, «el síndrome de Susy»… «la señora cree que ganará las elecciones de octubre; es decir, vivir en el planeta lalala».
Rafa respecto al artículo de MMMQ, indica que está desde el comienzo dedicado a denostar a la alcaldesa Susana Villarán, sin dar un solo argumento que evidencie una discrepancia o un desentendimiento. Era una retahíla de ironías de baja estofa y de insultos mal barajados, tras calificarla de un personaje extraño, le cuestiona su militancia ecologista, y supuesto anti laicismo.
Luego del análisis del tema, tal parece que Rafo León, no debió tomar parte en la crítica de una periodista contra una gestión política, que lo único que hizo es opinar sobre las debilidades del accionar de la exalcaldesa metropolitana de Lima, Susana Villarán; un comentario que no afecta su dignidad, y que no es peor ni mejor que otros, que son más viscerales, y no generan tanto pataleo.
No quedan muy bien parados los periodistas, que muestran su identificación, por una postura distinta y desean que todos piensen igual, pero cuando el tema pasa de castaño a oscuro y se afecta la persona, y no a la gestión, se cae en un aprovechamiento, en este caso periodístico, haciendo tiras al rival. Hoy Rafo afronta una sentencia que le salió barata, y le pateó su terco ego.