LOS GIROS IRÓNICOS, LÚDICOS Y METALITERARIOS EN PASAJEROS DE LO EFÍMERO DE JORGE ISAACS QUISPE CORREA

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Por Francois Villanueva Paravicino

El escritor peruano Jorge Isaacs Quispe Correa ha publicado un entretenido e instructivo libro de microrrelatos (minificciones o minirrelatos) titulado Pasajeros de lo efímero (YOPUBLICO, 2019), que, como su nombre señala, es un tributo al tiempo súbito y, también, placentero, que se emplea al adentrarse en un universo escrito por unas cuantas palabras, que por muy breves que puedan ser, tienen el efecto, en sus mejores momentos, de ser una píldora que nos divierte y nos enseña.

Como los grandes maestros del género (Augusto Monterroso, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Alejandro Jodorowsky), nuestro autor forja a través de los finales de sus pequeñas y concisas creaciones unos giros inesperados, abruptos, insospechados, imprevistos, que provocarán una sonrisa o una pequeña alegría en el lector, ya que son ellos los que valoran aquellos vuelcos prosísticos que los desenmascara ante el poder de la ficción.

Con gran pericia en el manejo del lenguaje narrativo, Jorque Isaacs Quispe Correa nos plantea situaciones humorísticas o, incluso, sarcásticas, que hacen que estas brevísimas composiciones sean atractivas, aleccionadoras, reflexivas. Y esto lo incursiona, con aquellos giros propios del género, en lo fantástico, lo sobrenatural, lo zombi, lo vampiro, lo melómano, lo metaliterario, lo amoroso, lo enigmático, lo mítico, lo fabuloso, lo ajedrecístico, la ciencia ficción, lo religioso, lo sacrílego, lo alienígena, entre otros.

Asimismo, una temática muy asediada en la literatura de este tipo es el universo de lo metaliterario, metaficcional o lo metaartístico, donde sus cultores le rinden tributo, reflexionan o, como decían ciertos autores clásicos sobre sus inicios en la escritura literaria, prosiguen la historia libresca, artística o musical que los había marcado como una herida, una bofetada o una golosina muy deliciosa, y que después se convierte en una inspiración o en el motor de su propia escritura literaria.

En efecto, el escritor ha planteado lo fantástico o lo metaliterario, por ejemplo, en “El principito (2017)”, “2061”, “Horario nocturno”, “Vida saludable”, “Blanca nieves”, “Estética”, “Encuentro”, “Final alterno”, “Experimento #9”, “Blancura”, “Hambre”, “Licántropo”, “Bromista”, “Cena”, “Los amantes”, “Por amor”, “Autopsia”, “Feelings”, “Intrusión”, “Blablablá”, “El suicida”, “Corre por tu vida”, “Cuando Augusto despertó”, “En el año 2525”, “Por la mañana piensa en mí”, “El errante”, “Servicio”, “Do the evolution”, “Negación”. Esto ya es un gran muestrario.

Además, lo ajedrecístico y lo melómano están presentes en, digamos, “Sacrifice”, “Lonely heart”, “Tercero en discordia”, “All you need is love”, “Cuando fuimos los mejores”. En estos cuentos la creación del narrador le rinde tributo a sus dos grandes pasiones: el ajedrez y la música, y para ello los protagonistas son grandes músicos o, también, las piezas de uno de los juegos más intelectuales del mundo. Es decir, los “demonios personales y culturales” que conciernen a su creador.

En este libro de más de 50 composiciones existen minificciones brevísimas de menos de veinte palabras como también creaciones de tres páginas. Por cuestiones de espacio, compartiré un ejemplo de la primera, que se titula “Apertura” y que dice así: “Ella abrió el corazón a sus sentimientos. ‘No tiene nada dentro’, dijo el cirujano, ‘vuélvanla a coser’”. He ahí, al final, el giro inesperado.

El escritor argentino Alejandro Dolina ha escrito sobre lo efímero: “El universo tiende al olvido, la memoria es apenas una resistencia efímera. La vida es una resistencia efímera”. Y estas palabras el escritor de Pasajeros de lo efímero lo ha tomado como propia, agregando que, pese a todo, “buscamos trascender creando instantes mágicos”. Creo que he ahí una definición de su arte, una especie de Ars Poética.

Y este autor que conoce su oficio es alguien que ha venido cosechando premios desde años anteriores, como haber sido Mención honrosa en los Juegos Florales de la PUCP (1994), Tercer lugar en el “XIV Concurso Literario Bonaventuriano de Poesía y Cuento Corto 2018” por la Universidad de San Buenaventura Cali, Finalista en el “XVI Concurso Literario Gonzalo Rojas Pizarro” (2019), Mención honrosa en la “VIII Bienal de Poesía Infantil ICPNA 2019”, Finalista en el VII Premio Internacional de Poesía Jovellanos “el mejor poema del mundo” (2020) de España, Primer lugar en el “I Concurso de relatos cortos” (2021) organizado por la Asociación Peruano China. Mención honrosa en el “Concurso III Antología Tabula Escrita: Microrrelatos de Viajes en el Tiempo” (2021). Por ello, la invitación para leerlo y conocerlo está hecha.

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Francois Villanueva Paravicino

Escritor (1989). Cursó la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Estudió Literatura en la UNMSM. Autor de Cuentos del Vraem (2017), El cautivo de blanco (2018), Los bajos mundos (2018), Cementerio prohibido (2019). Textos suyos aparecen en páginas virtuales, antologías, revistas, diarios y/o, de su propio país como de países extranjeros. Mención especial del Primer Concurso de Poesía (2022) y de Relatos (2021) “Las cenizas de Welles” de España. Ganador del Concurso de Relato y Poesía Para Autopublicar (2020) de Colombia. Ganador del I Concurso de Cuento del Grupo Editorial Caja Negra (2019). Finalista del I Concurso Iberoamericano de Relatos BBVA-Casa de América “Los jóvenes cuentan” (2007) de España. También, ha sido distinguido en otros certámenes literarios.

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