La Universidad Tecnológica de los Andes (UTEA), la universidad más antigua de Apurímac, se ha visto envuelta en un escándalo a poco de conocerse el veredicto de la Sunedu sobre el cumplimiento de las Condiciones Básicas de Calidad que requiere para su licenciamiento.
Capturas de pantalla filtradas en las redes sociales muestran una supuesta conversación entre Marco Cervantes, dirigente social, y un «doctor» que, conjeturan en la publicación original, sería el Rector de la UTEA, Ramiro Trujillo Román, en la que se negocia «apoyo logístico «a cambio de «100 grandes».
Dirigentes estudiantiles denuncian un negociado, mientras que Marco Cervantes y el rector Ramiro Trujillo niegan la veracidad de estas imágenes. Marco Cervantes, anunció una denuncia por difamación en contra de Nilton Govea, joven político de la región presente en las reuniones realizadas en la UTEA y contra varios estudiantes involucrados en la difusión de las imágenes. El peritaje determinará la validez de las mencionadas capturas de pantalla. Por su parte, el rector Ramiro Trujillo, habría sido internado de urgencia, el día martes, debido a complicaciones de salud.
El escándalo ha reavivado el interés de la población sobre el estado del licenciamiento universitario de la UTEA, que esta pronto a conocerse, puesto que pertenece al grupo 3 de las universidades evaluadas, a diferencia de la UNAMBA, que pertenece al grupo 8, o de la UNAJMA, única universidad licenciada de la región, y que fue parte del grupo 2.
Las principales observaciones realizadas a la UTEA en la anterior visita de la SUNEDU se referían a la condición III, Infraestructura y equipamiento adecuado al cumplimiento de sus funciones, que, con la reciente construcción de un nuevo edificio debería salvarse; También adolecía de problemas en el aspecto de las líneas de investigación académica y servicios educacionales complementarios.
Estos problemas, sumados a la fragilidad de la salud del rector, máximo responsable de la universidad, perjudican el proceso de licenciamiento y ponen en peligro la continuidad del funcionamiento de la UTEA. Se ha evidenciado la existencia de estudiantes, que durante la semana pasada solicitaban a sus compañeros no ingresar a las aulas. Una universidad sin estudiantes no puede licenciarse. Apurímac requiere de la unidad, de la colaboración, del trabajo conjunto, para defender una universidad que es producto de la lucha popular.
LA UTEA, UN LOGRO DE LA COMUNIDAD APURIMEÑA
La Universidad Tecnológica de los Andes fue creada por iniciativa y gestión popular, con la denominación de Universidad Particular de Apurímac, el 07 de junio de 1984, durante el gobierno del Presidente Fernando Belaúnde Terry.
Esta universidad se creó con el fin de contribuir al desarrollo, intelectual, social, económico y cultural de la región, y por ello, el interés especial en su licenciamiento. Es en base a la naturaleza de esta universidad, que la promotora José María Arguedas, se incorpora a la estructura de gobierno, con el fin apoyar en el proceso de licenciamiento y fiscalizar las actividades llevadas a cabo por las diferentes comisiones de trabajo.
LAS CONSULTORAS
La UTEA ha invertido en diversas consultorías para intentar alcanzar el licenciamiento, sin embargo, ha sido Corporación JALU S.A.C, la que ha desatado las dudas de la población y puesto a la universidad en la mira pública. La mencionada consultora pretendió cobrar, en la propuesta de contrato, 120 mil dólares americanos, más un adicional de 10 000, en caso de alcanzar el licenciamiento. Sin embargo, su actividad principal está enfocada como proveedora en bienes y materiales de construcción, alquiler de equipos y maquinarías, en el Gobierno Regional del Callao y en la Municipalidad Distrital de Ventanilla, lo que ha generado suspicacias.
¿Y SI NO SE LICENCIA?
En caso se niegue el licenciamiento a la UTEA, la Superintendencia Nacional de Educación (SUNEDU) establece el paro inmediato de los procesos de admisión, y el cierre de la universidad en un plazo de dos años. Los estudiantes que no puedan culminar sus estudios en esos dos años deberán terminar en otra universidad licenciada. La UTEA, además, podría ser absorbida o fusionarse con otra universidad de la región que sí haya alcanzado el licenciamiento.