Las campanas de la alarma ya truenan entre los vientos y mareas de Apurímac y el país, pues el vaso de la tolerancia rebalsó. Los disque rumores e insinuaciones ahora son una realidad, el pueblo apurimeño bajo la batuta de los descendientes de los Chankas, hoy marchará a voz en cuello frente a la vergonzosa desatención o incapacidad de sus autoridades.
Alcaldes, directores, gobernadores, presidente y funcionarios; designaron a personas en los puestos de liderazgo haciendo honor a la dedocracia. Esa dedocracia que le quita valor a la meritocracia porque rompe todo los esquemas de las virtudes humanas. No evalúa la capacidad de los favorecidos, sino el color político, el favor pendiente, el parentesco y otros. Por otro lado, el hecho de darle la confianza a un similar significa que se goza de una autocracia, es por eso que se procede al visto bueno del benefactor para encaminar un plan. Hubieron y siempre habrán personas que desde el margen de las circunstancias plantearon mejoras, cambios; sin embargo esas intenciones son disipados, sencillamente por discrepancias, más específicamente por tener diferente ideología. Es así que la historia nos demuestra que cada partido político que gobierna se gobierna así mismo y no así a su pueblo. En ese sentido, claro está que el círculo se hace vicioso y en consecuencia las grandes mayorías o quizá las pequeñas minorías, sienten ese desgobierno que afecta sus intereses individuales, familiares y comunitarios. Obras inconclusas como la del hospital regional de Andahuaylas, personal de salud despedido arbitrariamente, la desatención del sector agrario, escándalos de corruptela que se esfuma en el tiempo, son solo una pequeña muestra de lo podrido que están las autoridades y funcionarios que soportan el peso de las instituciones. La dedocracia es un instrumento de manipulación masiva que engendra y reproduce la incapacidad. La idea de promover competencia y satisfacción de necesidades comunes con oportunidad y sostenibilidad se plasma en la designación de funcionarios idóneos, pero tras un proceso de evaluación pública transparente.