Concordamos con Javier Velásquez Quesquén, respecto a que hay que echar a los aliados y gobernar para el país, Pedro Pablo Kuczynski, para ganar las elecciones se ha tenido que proteger con organizaciones sociales desfasadas y amantes de las revueltas, el asunto es, cómo hará para satisfacer a todos, cuando sabemos que los otros no tienen coincidencias, por ser antagonistas.
La gente tiene que reconocer que «Peruanos por el Kambio» llegó al poder con 21% de votos suyos, y que el resto fueron votos prestados de organizaciones que vendieron fuego para obstaculizar la victoria de medio país, que si tenía un partido organizado, y no necesitaba de los anti-sistemas, que utilizarán a PPK, y sacarán ventaja política, pensando en sus propios proyectos.
Si Kuczynski cree que Verónika Mendoza y César Acuña, lo apoyarán desde el Parlamento se equivoca, porque tanto «Frente Amplio» como «Alianza para el Progreso», no estarán sentados para aplaudir al gobierno desde sus escaños en el Legislativo, otorgándole gobernabilidad, que es un pretexto, lo harán pensando en ser opciones políticas al 2021, reorganizando sus partidos.
Los partidos políticos que quedaron regados en el camino, por errores de inscripción de sus propios cuadros directivos, que entendieron las normas al revés, o por errores propios, y que afloraron en plena campaña política, que fueron aprovechados por los medios de comunicación para azuzar, serán amigos hipócritas, en el próximo quinquenio político; esa es nuestra realidad.
En ese contexto el Fujimorsimo, que se quedó en el camino, «con la miel en los labios», sintiéndose victoriosos, una semana antes a la elección, y tras el desencanto quedaron muy golpeados, tendrán que asumir la derrota coherentemente, y por ende, participar con madurez política, esto, no alejará su pretensión de insistir a ser gobierno nuevamente, para ello se harían correcciones.
Estando así jugadas las cartas, más allá del discurso ideológico y mediático, que algunos expresan para satisfacer a la calle, los mismos adeptos y simpatizantes de «Peruanos para el Kambio», saben que si bien han alcanzado a ser gobierno, no ha sido obtenido por méritos propios, sino por el desconcierto popular, que estuvo manejado mediáticamente, por tener intereses implícitos.
Está claro que una organización política, que participa en un proceso electoral, teniendo como objetivo lograr la presidencia de la república, tiene que conocer que para consolidarse tiene que tener vida partidaria activa y una ideología que procure generar un proyecto partidario, que vaya más allá de un proceso eleccionario, en una posibilidad de mejoramiento de vida de los peruanos.
Empero, cuando el horizonte no está claro, aparecen situaciones como la actual, con un 20% apostando por un modelo tecnocrático, otro 20% por un modelo socialista, 40% por in proyecto socio-económico, y el resto, distribuidos entre centristas y seudo izquierdistas, sin saber explicarse cuál es su posición, que obliga a cruzar los dedos, rezando para que al final se alcancen objetivos.