Carlos Iván Landa Kerschbaumer
Los peruanos que desean la prosperidad del país, tienen que actuar con firmeza para que la estabilidad del Perú se mantenga más allá de las ideologías, que muchas veces significan atrasos, de esto es muy consciente el gobierno, sabe que jugando a la libre, no llegará a ningún puerto, que solo la conciliación el entendimiento y la unidad podrá afianzar al país hacia una economía sólida.
El actual gobierno a manos de la izquierda Dina Boluarte (Perú Libre) Alberto Otárola y Daniel Maurate (Nacionalismo) algunos reciclados e independientes no es garantía de nada, pero es lo que hay, los rojos, como ha pasado en muchas oportunidades, terminan resquebrajando sus opciones y terminan partidos, los caviares sostienen sus impurezas políticas y la derecha resiste.
En ese marco de defectos y virtudes el país requiere de estabilidad económica y social, no queda de otra, muchos políticos de oposición a sus ideologías tienen que tragarse los sapos por las improntas ocurridas, los jueces de la sociedad quieren cambios y que la trama tenga otro destino, como las telenovelas en que la gente llama para que los guionistas cambien el final de la historia.
¡Así somos! dicen los interrogados cuando se cuestionan a los políticos que ostentan el poder (Ejecutivo y Congreso) pero sin duda es un mala decisión botar a las autoridades a la mitad de su gestión, eso no cambia las cosas, las empeora, el país requiere de un gobierno sólido y estable para que se sostengan las inversiones, las asonadas son un bumerang del pueblo contra el pueblo.
Es importante saber que la inestabilidad política genera que la violencia y la tiranía propicien fuga de capitales y los inversionistas busquen otros caminos que puedan garantizarles que sus recursos estén asegurados, la lectura que se tiene de países en desarrollo, demuestra que los empresarios entienden que la falta de crecimiento ocurre por efectos de la corrupción, la coima y el chantaje.
Situaciones diferentes se muestran en los países desarrollados con sociedades organizadas, jueces de comprobada probidad y suficiencia moral, entidades financieras con recursos y principios todos orientados a no distraer sus compromisos en países de escasa credibilidad, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, están dispuestos a negociar si existen garantías de cumplimientos con honor.
Los países en desarrollo como Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Argentina, el cuestionado Brasil, no son generadores de confianza porque sus gobernantes no demuestran actitudes éticas, pues la corrupción le ha ganado la apuesta a la honestidad, se procura el beneficio personal sobre la necesidad de la población, los políticos en muchos casos utilizan sus cargos para hacer sus lobbies.
“Juro Por Dios y por la Plata” dijo un congresista al asumir su cargo y muchos le festejaron, la compra de curules para alcanzar mayorías congresales ha sido la tónica en los últimos años, la presencia de “Los Niños” que cedieron votos por cargos políticos de su entorno para sostener al presidente de la censura política y la vacancia sin ser castigados es una muestra de la corrupción.
Los Fujimori, los Toledo, los García los Kirchner, los Morales, los Humala, los Lula, los Maduro son una demostración de que existen políticos que solo llegan al poder para hacer negocios y asegurarse la vida con millonarios recursos a costa de los pobladores, que ven fugar los capitales destinados para escuelas, hospitales y viviendas para llenar los bolsillos de políticos delincuentes.