Hace unos días editorializamos sobre algunas situaciones que podrían presentarse si autoridades electas reciben transferencias de gestión de autoridades salientes del mismo partido, que podrían ser dolosas, y produciría un blindaje, lo que generaría una crisis política porque originaría la reacción inmediata de los opositores y afectados que saldrían a las calles a protestar de inmediato
La suspicacia, respecto al tema, sigue instalada, habida cuenta que la ley electoral no ha previsto situaciones límite, como el hecho de que algunas autoridades hayan permanecido haciendo campañas mientras estaban en el cargo, y que a través de esto se vean favorecidos con electores cautivos, pues al resultar electos han regresado para continuar en el cargo para inaugurar obras.
No extrañaría, que por ahí hubieran votos golondrinos, no creemos que esto haya sucedido, porque sería fatal para la democracia, en ese sentido, la ley electoral debería evitar que una autoridad que haya sido electa por otra jurisdicción no vuelva al cargo anterior, lo transparente es que el funcionario que le sigue en méritos, sea el que concluya la gestión, pues así debería ocurrir.
El aprovechamiento del cargo, siempre será censurado, porque la persona que lo practica pierde idoneidad, empero hay autoridades políticas que enarbolan la democracia y deciden renunciar para postular a otro cargo, haciendo posible que el que le sigue en méritos en la gestión, asuma la responsabilidad que se estable por ley, esto deberían hacerlo todos, tras haber dejado el cargo.
Es importante indicar que en el presente proceso electoral, que aún no se cierra, porque no se han proclamado a las autoridades electas que entrarán en funciones a partir del 01 de enero de 2023, se han presentado situaciones singulares como el hecho que una sola organización política cope todo el espectro municipal, esto haría que las normas se aprueben sea prácticamente en familia.
Con todo a su favor, las administraciones ediles con mayoría oficialista, desdibujarán la imagen política de la gestión, porque podrán hacer y deshacer a su antojo lo que resulta perjudicial cuando se aplica la ley del embudo, harán lo posible por denunciar a los opositores de la gestión que les son incómodos, no existe equilibrio de posiciones cuando se tiene mayoría abrumadora.
La democracia requiere equidad y consenso. En los concejos municipales, los oficialistas alcanzan 07 asientos, de manera que las discusiones para lograr acuerdos están descontadas que irán por buen camino por la débil oposición, ¿Cómo equiparar las fuerzas?, lo ideal es que el propio alcalde genere un gesto democrático, y no se vea como la instalación de un ejercicio político totalitario.
Este análisis lo realizamos ante el supuesto de que los candidatos oficialistas en los gobiernos locales alcancen abrumadora mayoría en el concejo municipal, cuya composición no tienen culpa los partidos ni los electores sino las normas que permiten que no exista una oposición firme, las municipalidades siempre tuvieron discordias, los contrapesos no alcanzan equilibrios suficientes.