Andahuaylas, en los últimos tiempos se ha convertido en una ciudad peligrosa, sobre todo, cuando la calle es sombría, y aparecen los negocios lúgubres, de discotecas y antros nocturnos, donde bullen sujetos de mal vivir, se genera el meretricio, y donde el consumo de alcohol, convierte al ser humano en un animal, como muchos desquiciados mentales, que atacan y generan muertes.
En estos momentos, donde la violencia crece, y los crímenes son cotidianos, urge que las autoridades hagan suyo el problema, y protejan a los jóvenes, que innecesariamente arriesgan su vida, pernoctando hasta altas horas de la noche, en locales que no revisten seguridad alguna, y donde solo interesa, ganar dinero, sin importar lo que le pueda ocurrir a los frágiles parroquianos.
Las discotecas, no pueden ser lugares habituales para que la gente se divierta, porque bien sabemos, que son trampas mortales, sin condiciones para albergar a las gentes que buscan entretenimiento y relajo, con música y brindis, acompañada de amigos, o parejas sentimentales, además, porque no existen zonas de escape, para evacuaciones, en situaciones de algún siniestro.
Es preciso, que los propietarios de estos centros nocturnos entiendan que no basta tener licencias y cumplir con las exigencias de los órganos de fiscalización, porque si bien sus negocios, pueden ser rentables, se descuida por otro lado, al ser humano, que no tiene seguridad alguna, que pueda generar una estancia sin contratiempos, todo lo contrario, cada día, se producen actos criminales.
¿Qué debe privilegiarse, la vida del cliente, o ganar dinero?, no puede ser posible, que ingresen sujetos con arma blanca, que perpetren pugilatos, tras una borrachera, y como consecuencia de esto, las personas hagan noticias, por ser trasladados de urgencia al hospital, tras recibir cuchilladas de parte de un maleante, esta situación, hace que estos locales, tengan que cerrarse.
Es cierto, que todos los ciudadanos tienen el derecho de generarse recursos para mantenerse, pero no se debe poner en riesgo la vida de las personas, no sabemos cuántas muertes se hayan producido en estos locales, ni cuantos clientes hayan sido asaltados, sin que nadie los socorriera, la verdad, que los padres de familia, deben evitar que sus hijos pernocten en bares y discotecas,
Está claro que muchos jóvenes y adultos gustan de la vida nocturna, y para ello, acuden a karaokes, pero quién garantiza, si estos, son adecuados, como para pasar una noche alegre y sin sobresaltos. Es una pregunta difícil de responder, porque el propietario, dirá, que en su local, no ha ocurrido ninguna desgracia que lamentar, pero si algún día ocurre, la situación sería aterradora.
Empero no solo las discotecas son un peligro, también son los bares y cantinas de mala reputación, donde la gente acude a beber, sin tomar en cuenta, los tipos de personajes que utilizan sus servicios e instalaciones, no cabe duda, que los mismos parroquianos son quienes deben cuidar de su integridad física, sabiendo elegir lugares adecuados para reunirse, y así no cometer torpezas.