La deleznabilidad del suelo y las rocas de la loma Taraqasa no la han hecho apta para la agricultura ni para la vivienda.
Esta es la razón por la que ningún ayllu la pobló ni desarrolló cultura alguna en sus alturas.
Tradicionalmente fue un cerro verde de kikuyo poblado de arbustos y nopales.
En los años 50 la Hacienda Patibamba propietaria de la loma sembró eucaliptos.
Logró de alguna manera la estabilidad de las tierras debido a que las raíces operaron como mallas de contención.
Sin embargo, el tema de fondo: la precariedad del cerro sigue latente mucho más cuando se improvisan construcciones en los faldíos y al empinarse la cuesta.
¿Se ha previsto cómo detener el drenaje de las aguas?.
El Hotel Alhambra al parecer pretendía construir terraplenes: una suerte de terrazas encima de sus instalaciones.
Es más pretendía hacer andenerías levantando pircas sin cimientos y sin áreas de amortiguamiento.
Las lluvias que se habían embalsado de setiembre a diciembre arreciaron con fuerza en enero el agua que fue depositándose en la napa creó un suelo fangoso escondido por el kikuyo.
La noche fatal hubo una lluvia menuda, pero lluvia al fin y al cabo que ocasionó el deslizamiento de las tierras.
Al quedarse sin piso las pircas precarias cedieron por su peso y fueron a dar sobre el techo del hotel.
El hotel había sido construido al pie de la loma sin haberse respetado una zona de amortiguamiento.
En los años 60 al expropiarse esos terrenos pasaron a poder de la Municipalidad.
«Villa Gloria», el antiguo viñedo de la hacienda «Patibamba» fue lotizado.
En la zona de amortiguamiento al pie del cerro se hizo un polígono de tiro para que no se construyan casas.
Al correr de los años el polígono se trasladó a Leonpampa en el Norte de la ciudad y esa franja fue ocupándose temerariamente.
Esa es la triste historia y ése el origen de la tragedia: la temeridad de los incautos y la ignorancia de las autoridades.
Preguntas finales: ¿Cómo adquirió dominio de propiedad el hotel Alhambra sobre esos terrenos?
¿Cómo se permitió la construcción de un hotel y un salón de convenciones?
¿Qué estudios de suelos exhiben los propietarios de casas a mitad de la loma?
¿Cómo es que no se han repuesto los árboles talados sin ningún criterio técnico?
Ni la modernidad, ni invento alguno van a cambiar la naturaleza de los suelos de la loma «Taraqasa.
Los únicos que pueden habitar ese cerro son árboles para mitigar la erosión, ésa es la realidad.
FOTO: «Taraqasa la engañosa sonrisa de Abancay»
LENTE: Hermógenes Rojas Sullca