Carlos Iván Landa Kerschbaumer
Debido a que todo envuelve al presidente del Congreso Alejando Soto, respecto a sus ilícitos cometidos, la oposición, contraria a su elección, empieza a mover sus hilos para que dicho cuestionado parlamentario sea censurado y despojado del cargo, para lo cual se requiere que se obtengan los votos necesarios, la mitad más uno del numero regular de congresistas , vaya tarea.
Lo cierto es que tras haberse realizado las elecciones legislativas, el vencedor de la elección continúa en la hoja de la tormenta, por tanto, sujeto a críticas permanentes, habida cuenta que su pasado es muy lamentable y carente de probidad como lo demuestran los hechos, Soto antes de ser electo para desarrollar su labor parlamentaria, debía pagar una deuda, que no logró cerrarla.
Ingresar al servicio público con ilícitos no habla bien de una autoridad política, peor aún si se salda una acreencia, luego de asumir el cargo, tema que descalifica a cualquier funcionario, peor aún si su presencia ha sido objeto de una elección popular, la serie de cargos en contra de Alejandro Soto, ha generado que un número de congresistas decidieran plantearle una moción de censura.
Tal censura al hombre de leyes, se cae de madura, si se toma muy en cuenta, que la oposición derrotada, buscaría algún argumento para descabezar a cualquier integrante de la mesa directiva, si estos resbalan ante cualquier hecho, situación que se ha presentado gratis con Alejandro Soto por ilícitos evidentes, que actúan como el caldo cultivo preciso para propenderse a su expulsión.
Como sabemos Alejandro Soto llegó a la mesa directiva del congreso de la república gracias a la coalición de varios partidos de derecha o centro derecha, tales como Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Avanza País, Perú Libre, intentando detener a una lista de oposición ideologizada, y atrayendo a su lado, incluso a los cerronistas, lo cual permite el control del legislativo nacional.
Pero como bien sabemos, que el congreso no goza de reputación, porque las normas no son concluyentes como para guillotinar a quienes las trasgreden, los congresistas suelen ingresar al parlamento con serias deudas contra la sociedad y con la justicia, haciéndolos permeables de episodios como denuncias en el fuero interno y externo, lo cual debilita a los padres de la patria.
Sabiendo esto, quienes postulan a algún cargo público, deben tener en claro que deben tener una hoja limpia, esto es lo mínimo que se exige a una funcionario de carrera, un legislador o una autoridad política, pues se debe reflejar real transparencia, sobre todo como cabeza de una organización, de ahí, que todos los dardos apuntan a Alejandro Soto, pues está muy cuestionado.
Llámese censura o vacancia, la salida de Soto de la presidencia del congreso, acarraría muchas situaciones políticas a la actual directiva congresal, habida cuenta que tendría que volverse a una nueva elección para la presidencia, empero de perderla, la derecha y centroderecha, quedarían disminuidos y por ende podrían ceder el control de la mesa, los socios no están dispuestos a ello.