Carlos Iván Landa Kerschbaumer.
Una inmovilización de una ciudad, será siempre una medida extrema, que se usa para colocar contra la pared al gobernante de turno, sea local, regional o nacional, cuando esto ocurre se le hace un daño tremendo al país, porque las pérdidas son enormes, y resarcirse de ellas, es imposible, pero como siempre pasa, los responsables de esto, “se lavan las manos como Pilatos”.
Lo lamentable es que cada paralización del comercio, genera enormes deudas, porque se quedan en el camino mercancías, que son transportadas vía terrestre, principalmente, con el gasto de combustible, y todo lo que incluye, pago al personal, y morosidad en el pago a las entidades de crédito, a consecuencia de ello, mucha gente ha dejado de cumplir con sus adeudos y obligaciones
Cuando el país no factura, y detiene su movimiento, los afectados somos los contribuyentes, que somos ulteriormente los que generamos la riqueza del erario nacional, con el pago de nuestros impuestos, si no tenemos plata, se complica la subsistencia, y los mercados no pueden vender, porque muchos de sus productos se pudren, por más comprometidos que estén sus comerciantes
Los paros o huelgas que se registran permanentemente han generado cargos de mora a la ciudadanía, que vive de acciones prestatarias, ante los bajos ingresos que poseen, con la letanía de que las entidades crediticias, ni los bancos, pierden absolutamente nada, porque los ingresos no percibidos por la impuntualidad de los clientes, tarde o temprano las van a cobrar con beneficios.
De esta manera, se duplican y triplican las moras de los deudores, tanto que lo que tienen que pagar en un año, se extiende a dos, y así sucesivamente, pero esto no les interesa a los huelguistas, y a aquellos, que se han convertido en enemigos del pueblo, al convertir las demandas sociales en un deporte cotidiano, que descoloca a la gente que subsiste con muy poco.
No hemos terminado aún el 2017, y ya empieza a alborotarse el gallinero, se habla, por ejemplo, que los montoneros, que siempre están al acecho, se hallanenfilando sus baterías, para volver a colocarnos en una real situación de convulsión social, esta vez, por un tema nacional, y de ocurrir esto, tendríamos otra vez, tardes grises, sobresaltos, caos y violencia, creando malestar y fastidio.
Cada vez, que estos grupos alzan sus voces de protesta, por una u otra razón, la gente de a pie, cruza los dedos, porque nadie puede esperar que no se sacuda la vida pública, y aparezcan enajenados portando palos y haciendo bulla por calles y plazas, perpetrando ataques y agresiones a quienes piensan diferente, la verdad que esta gente, no es bienvenida, cada vez que aparecen.
Faltan pocos días para recibir la nochebuena, la navidad, y nos prepararemos, para recibir el nuevo año 2018, ojalá que la paz siga sosteniéndose en los días que restan, no queremos dificultades en el camino, ojalá, alguna vez los ciudadanos, puedan tener actitud de respuesta y no permitan, que surjan violentistas, y nos impongan la agenda, pues lo que buscan es generarse un puesto político.