Mateo, Marcos y Lucas

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Aunque hay mucho en común en los cuatro relatos del evangelio, cada escritor incluye material que no se encuentra en los demás y cada uno expresa su testimonio del Salvador en una forma ligeramente diferente. Mateo, Marcos, Lucas tienen muchas semejanzas, aunque cada uno parece haber escrito dirigiéndose a un grupo de personas en particular, por lo que sus escritos reciben el nombre de evangelios «sinópticos». (El vocablo sinóptico viene del griego y en ese idioma la palabra significa «desde el mismo punto de vista»). El material y punto de vista de Juan difiere más notablemente, pero contiene mucho de la misma información histórica que contienen los otros tres.
El evangelio de Mateo se caracteriza por el gran énfasis en cuanto a cómo la vida de Jesús cumplió la profecía del Antiguo Testamento e incluye muchos discursos importantes del Maestro tales como el Sermón del Monte (Mateo 5-7), un discurso en cuanto a las parábolas del reino (Mateo 13), y un largo discurso criticando a los escribas y fariseos (Mateo 23). Mateo gráficamente describe a Jesucristo como el rey y juez de Israel que enseña con gran poder y autoridad. Su evangelio debe haber tenido mucho poder para los lectores judíos.
El de Marcos es el evangelio más breve y presenta un cuadro de Jesús que es conmovedor, lleno de acción, y recalca el poder milagroso del Maestro. Por causa de esta descripción dinámica, muchos estudiosos han pensado que Marcos escribía pensando en lectores romanos. Marcos parece haber estado muy cerca de Pedro después de la muerte del Salvador y muchos ven influencia de las narraciones de Pedro en los escritos de Marcos.
Por causa del griego tan pulido usado por Lucas, y la descripción compasiva que hace del Salvador, muchos han pensado que él escribió para los griegos del mundo antiguo. Su evangelio se caracteriza por el énfasis sobre el perdón y el amor, indicando mediante parábolas únicas de su evangelio (tales como la del Hijo Pródigo) que el pecador puede encontrar descanso y paz en Jesús. Es el mismo que nos cuenta de la vista del ángel a Zacarías y Elizabeth, la madre de Juan el Bautista; él es el único que nos cuenta del viaje de María y José a Belén y del lugar de nacimiento de Jesús.
Mientras que el evangelio de Juan nos da una inscripción más íntima del Maestro, recalcando su relación con el Padre, su asociación con los Doce, etc; el propósito de Juan parece haber sido más bien testificar de Jesús como el Cristo en lugar de hacer una crónica detallada de lugares y acontecimientos de su ministerio. De sus escritos surge un testimonio poderoso de Jesús como Hijo de Dios, como Mesías, como el Buen Pastor, como el Camino, la Verdad y la Vida, y como la Resurrección y la Vida.

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