Hoy llegó el cuerpo inerte de Rómulo Tello Valdivia, en un rectángulo de madera, sin poder hablar, es una pena que un hombre que hizo tanto por su tierra, no haya podido despedirse con honores de estadista, que era lo que merecía. Se fue un grande de Andahuaylas, y no pudimos despedirnos, quedaron, nuestros encuentros en la esquina de su casa, no ocurrirán más, Rómulo ya es historia.
Ya no escucharemos, su frase: ¡Hola Grandazo!, que era cómo nos llamaba con confianza y afabilidad, cuando nos encontrábamos en la librería Quispe, a donde se dirigía en busca de periódicos. Nos regaló algunos ejemplares de sus libros, entre ellos un trabajo de medicina y otros de las tradiciones chankas; nos concedió el honor de que revisáramos su historia de Andahuaylas.
Cada sábado, casi religiosamente, acudía al programa del colega Erasmo Galván Vargas, para participar de una suerte de tertulia periodística, que el buen Erasmo, acostumbra a realizar, como haciendo catarsis, de los avatares de la semana, y donde Rómulo Tello era la estrella, más allá de los intelectuales que fueron convocados, los sábados, sin Rómulo, no será igual dicho programa.
En algunas oportunidades nos invitó a su casa, nos mostró su jardín y su basta biblioteca, con un archivo significativo de hechos históricos y crónicas periodísticas, tenía un monitor LG, aquellos que tienen el modo televisión, donde escribía sus artículos, con nosotros tuvo gran amistad, nos contaba detalles personales, era muy afectuoso con su esposa, a la que siempre lleva consigo.
Rómulo Tello fue diputado nacional entre 1985 y 1990, durante el primer gobierno de Alan García, antes había participado eventualmente como alcalde provincial y regidor, en épocas que no se ganaba dinero, la diferencia con los políticos de hoy, es que en las oportunidades que participó como autoridad, realizó un gran servicio al pueblo, nunca fue confrontacional sino colaborador.
En 1998, cuando llevábamos, apenas dos años, en Andahuaylas, coincidimos con Rómulo en una reunión, convocada por el Gerente de la Gerencia Sub Regional Chanka, donde la agenda era crear una fiesta histórica, como la tiene el Cusco, con el Inti Raymi, y una de las tareas de Rómulo Tello, era presidir el equipo de guionistas, e introducirse en su legado, creándose así el Sondor Raymi.
La tarea era gigantesca, porque había que hacer libretos, y crear personajes, que dieran vida a protagonistas como Usquvilca, Anccohuayllo y otros, con participación de soldados del ejército y estudiantes para conformar las etnias, que conformaban la trama, fue así, que se puso en escena la Escenificación Chanka, que Rómulo llevó al libro, que es material de consulta para los jóvenes.
Cuando la fiesta del Sondor Raymi o la Epopeya Chanka o la Escenificación Chanka, entró en un receso, porque nadie estaba interesado en su organización, tanto que la Universidad José María Arguedas se ofreció a realizarla, Rómulo Tello, mostró su preocupación, y cuando este año la puesta fue organizada por la municipalidad, Rómulo participó en el llamado de los organizadores.
En los últimos días que contactamos a Rómulo Tello, venía construyendo ambientes para tiendas, lo hizo rápidamente, demostrando su capacidad de empresario. Fue un personaje muy querido, aparecía en el día de la medicina, el día de la enfermería, el día de la obstetricia, y era invitado para recrear la historia del hospital de Andahuaylas, creado en 1946, como uno de sus fundadores.