Por: David Parra
Nunca como hoy el tema educativo cobra importancia para nuestra región y país. Sobre todo, porque estamos viviendo y sufriendo un sin números de crisis, a tal grado que la propia educación peruana ha sido declarada en un “estado de emergencia”. Sin embargo, desde esta situación los docentes estamos retornando a la presencialidad, luego del azote del “virus insaciable” del Covid-19 que ha hecho estragos en el mundo entero.
No cabe duda que la educación es el tema más importante de toda agenda política de una nación, es por eso que se debe priorizar en las campañas políticas y en las gestiones de gobierno. La educación debe ser el compromiso de la empresa privada y los agentes de la sociedad civil, así como de toda la ciudadanía. Es decir, la educación nos compete a todos y todos podemos ser competentes en educación, en la medida que buscamos un país diferente y consecuente.
En tal sentido, vamos a brindar esta pequeña reflexión en torno a la educación, dado que es una acción inherente al ser humano, definido como el único ser “educable”. De ahí que la educación se debe convertir en un verbo, en una acción e imperativo para todos los ciudadanos de hoy. Porque la educación es un asunto tan serio que no sólo puede estar en manos de pocos. Sino que la educación tiene que ser asumida por todos, dado que nos compete a todos, y nos involucra a los docentes de modo ineludible. Es por eso que todo educador, sabe que su misión de educar se mide no sólo por lo que promete sino, por el grado con que se “compromete” en su misión. Educar es una acción donde no sólo se labora, sino que se “colabora” con los demás. Educar no sólo lleva a que los estudiantes aprendan, sino que “comprendan” el mundo que les estamos entregando. Educar no sólo tiene que ver con la reserva del mundo sino cómo y cuánto se tiene que “conservar” para el mañana.
Es por eso que nos atrevemos a reflexionar sobre la educación, desde la palabra que contiene una hondura muy rica, que lo he descubierto gracias a los maestros, colegas y estudiantes de la IE. Gregorio Martinelli, a quienes de dedico estas breves líneas.
En el castellano existe aproximadamente unas 42,266 palabas que llevan las cinco vocales. Sin embargo, existe una palabra poderosa, actual, novedosa, desafiante y al mismo tiempo, también es la palabra más descuidada, olvidada y dejada de lado por los agentes del Estado o los gobernantes: EDUCACIÓN. Es decir, es una palabra que contiene lo primero que aprendemos en la vida (las 5 vocales), que nos permite comunicarnos, así como desarrollar nuestros aprendizajes a lo largo de la vida. De forma que podemos decir que la palabra EDUCACIÓN encierra una especie de magnetismo y poder. Porque, exige desarrollar una actitud positiva en todo docente, dado que tiene que aprender a educar a partir de las cinco vocales de la educación. Porque:
EDUCACIÓN se escribe y se vive con A de: atención, alumnado, amabilidad, amor, admiración, atracción, abnegación, altruismo …
EDUCACIÓN se escribe y se asume con E de: ejemplo, emulación, entusiasmo, entendimiento, entrega, emoción, …
EDUCACIÓN se escribe y se desarrolla con I de: inteligencias, integridad, igualdad, iniciativa, inspiración, …
EDUCACIÓN se escribe y se evalúa con O de: oportunidad, optimismo, ofrecimiento, oferta, organización, …
EDUCACIÓN se escribe y se ejerce con U de: unidad, único, universalidad, utopía, …
De ahí que la palabra EDUCACIÓN, cobra un alto grado de involucramiento y exigencia tanto para los docentes, padres de familia y sobre todo para los propios estudiantes. Sobre todo en nuestro tiempo, considerado como la época de los grandes logros tecnológicos y la gran apuesta por la autonomía; pero donde las exigencias de un mundo competitivo no han desaparecido, sino que se han agudizado más. De ahí que nosotros los docentes estamos llamados a renovar, retomar y revolucionar la educación a partir de las 5 vocales, que contiene todo un programa de vida pedagógica que se puede desarrollar dentro y fuera de las aulas.
A todos los docentes, padres de familia y sobre todo a los estudiantes, desde esta modesta columna de la BUENA NOTA, les deseamos renovar nuestro compromiso con la educación, transformar nuestro servicio educativo a los estudiantes de hoy.