“Los Idus de marzo han llegado, pero no han pasado”. Una frase que contiene el destino del hombre más poderoso en la roma republicana: Cayo Julio César (Gaius Iulius Caesar, en latin). Su historia cuenta de cómo se forjó el camino para llegar a ser el dictador amado por el pueblo, enfrentándose a un sector conservador como es el grupo que defendía el establishment republicano, donde la palabra rey era considerado un sacrilegio. Concentró tal poder en su persona que al menor descuido fue asesinado por un grupo de conjurados, su excusa: la libertad. Pero el trasfondo de tal crimen, fue para mantener sus privilegios que eran amenazados por las nuevas políticas implementadas por el Cesar. A pesar de haberse consumado el magnicidio más hablado, comentado y escrito en toda la historia de nuestra civilización occidental, ello no evitó que la República Romana desaparezca y se instaurara el imperio.
S.P.Q.R. acrónimo de la frase en latín: “Senatus Populus Que Romanus” (“el Senado y el Pueblo Romano”), pero esta frase que señalaba el núcleo en que se basaba la idea de República fue convertida en algo ornamental con la llegada del Emperador, Julio Cesar fue el principal impulsor de ello, por tal motivo su nombre es sinónimo de poder, grandeza, pero sobre todo un poder legítimo. Esta asociación de poder con el nombre de Cesar se ha mantenido inclusive hasta inicios del siglo XX cuando dos potencias de entonces, eran dirigidas por sus líderes quienes ostentaban el título de Káiser y Zar; ambos son derivados del nombre de Cesar.
Julio Cesar dejó un legado por escrito, su libro titulado “Comentarios sobre la guerra de las Galias” (Commentarii de bello Gallico), donde uno puede apreciar su escrupulosa prosa y el estilo sencillo pero elegante. De acuerdo a algunos estudiosos, éstos señalan que el libro no solo describe los años que pasó Cesar luchando en las Galias, sino que también tiene la capacidad de instruir. Se estima que el libro fue publicado entre los años 50 y 40 antes de Cristo, convirtiéndose en un libro que tiene más de dos mil años de antigüedad y que sigue a la fecha imprimiéndose nuevos ejemplares.
Muchos escritores se preguntaron y se siguen preguntado: ¿Qué hubiera pasado si Cesar salía airoso de la conjura de su asesinato? Lo más probable fue que se iniciara la campaña contra los Partos, había una deuda que cobrar y esa deuda constituía las legiones perdidas de Craso, de un total de 40,000 solo regresaron 6,000. Un grupo numeroso fue masacrado, por los Partos en la batalla de Carras, de este suceso de la historia se desprende que no todos los legionarios, fueron asesinados o esclavizados, se estima que un número de hasta 10,000 legionarios, fueron llevados a los confines del imperio Parto como tropas auxiliares.
El misterio no queda allí, resulta que un historiador chino llamado Ban Gu relata los hechos de unos soldados que se fortificaban en campamentos cuadrados de madera y que luchaban alineados en una formación como escamas de pescado. Al ser derrotados, fueron deportados a una nueva ciudad llamada desde entonces como Liquian, provincia de Gansu – China. de acuerdo a las pruebas de ADN realizadas a los pobladores de dicho pueblo, se ha verificado que tienen hasta un 46% de coincidencia con el ADN de los europeos.
Un 15 de marzo fue asesinado Julio Cesar. Cesar a muerto, pero sus hechos le sobreviven, para admiración de generaciones futuras…