Carlos Iván Landa Kerschbaumer
La ministra de Vivienda Hania Pérez de Cuéllar acaba de dictar una sentencia, “matar de sed” a una veintena de distritos de Lima Metropolitana, los cuáles sufrirán más de la cuenta de “sequía técnica” por efecto de interrupción del servicio de agua potable, a partir del próximo 06 octubre de 2023, con lapso de 02 a 04 días calendarios, situación que incomodará y creará gran malestar.
Colegimos que para la alta funcionaria del gobierno, la situación no está para sentir espasmos, tampoco para maldecir a la investidura de la nieta del ex secretario general de la ONU Javier Pérez de Cuéllar, de grata recordación, sino la es, para adelantarse a los acontecimientos tomando los recaudos del caso para así proveerse del material básico para la alimentación y el aseo del cuerpo.
La decisión del gobierno que ya ha sido publicada en el diario oficial El Peruano, según la jefa del portafolio de Vivienda y Construcción, no debe alarmar a nadie, porque no se trata de un supuesto desabastecimiento del líquido elemento, por algún secano natural, que pueda cogernos por sorpresa, nada de eso, se trata más bien de mejorar el servicio con el mejoramiento de tuberías.
Empero la alarma siempre está presente en disposiciones que alcanzan poblaciones populares, como en los casos donde e existen asentamientos humanos, pues aunque usted no lo crea, se sigue vendiendo agua en cisternas, por lo cual mucha gente está habituada a esa situación, salir con baldes para adquirir el líquido elemento, que es de necesidad vital para todos los pobladores.
La cobertura de interrupción del suministro de agua, será en muchos distritos, principalmente del sur, que sufrirán la escasez del mineral líquido, necesario para el aseo, preparar los alimentos por tres veces al día, lavar utensilios, ropas y demás, hará trastabillar a más de un ciudadano, acostumbrado a la vida sin alteraciones de ninguna clase, y programado para reuniones familiares.
La emergencia no alcanza a quienes utilizan agua de tanque, o están provistos de otros medios ante la falta del recurso doméstico, que dicho sea de paso, algunos lo utilizan para regar el jardín y hasta para bañar al perrito, aunque sea un exceso decirlo, lo cierto es que las rabietas están instaladas, el mal humor igual y otros, con la bilirrubina al tope, adquirirán sus bidones de agua.
No es que quisiéramos hacer chacota, de las acciones de las autoridades de nuestro gobierno, pero resulta un drama quedarse en casa sin tener agua ni para afeitarse ni bañarse, la escasez de agua como de energía eléctrica, son dos factores del mal humor, en marco de un retiro hogareño usual, en tanto muchas veces las decisiones del gobierno han arruinado la gran estancia conyugal
La pregunta es, ¿no existe alguna estrategia para realizar trabajos de mantenimiento sin ser un aguafiestas de los ciudadanos de a pie? ¿no se puede acaso realizar acciones en momentos de descanso? en muchas oportunidades se ha visto que las horas de madrugada son utilizadas para cumplir tareas sin afligir; el gobierno sigue creyendo que la soga debe partirse del lado más débil.