Carlos Iván landa Kerschbaumer
La historia tiene estas cosas, te sepulta o te glorifica, te entierra o sales a flote, el tema de los partidos políticos es una prueba de esto, de señorío y de colapso, ´podemos comenzar a narrar por capítulos qué pasó con ellos y de seguro comenzaríamos diciendo, “érase una vez” como en los cuentos de hadas, que existió la Democracia Cristiana, el Apra y Acción Popular como prototipos.
No interesa el orden, lo que importa es que albergaron en su seno a verdaderos líderes de la política nacional, los jerarcas de antaño, no solo provenían de familias excelsas, aristocráticas y otras, sino mostraban gran dominio de la hermenéutica política con retórica precisa y envolvente, personajes como Cornejo Chávez, Luis Alberto Sánchez y Fernando Belaunde engrosaron sus filas.
Era la época en que los políticos tenían clase y elegancia, cada vez que discursaban en público y debatían entre ellos, su fabulosa oratoria, era seguida desde las tribunas por la juventud, podrían considerarse como los clásicos del quehacer político, comparables con estrellas del celuloide hollywoodense por su gran inteligencia y capacidad para absolver las situaciones más intrincadas.
Generaba revuelo su sola presencia en las casas políticas de sus partidos que por esos tiempos producía grandes volúmenes de simpatizantes, el local del Paseo Colón albergaba a la Democracia Cristiana y Acción popular, que luego pasó a la Avenida Nicolás de Piérola como su sede institucional, a pocos metros, se llegaba a la Av. Alfonso Ugarte sede del Partido Aprista Peruano.
En esos locales se dictaban clases magistrales de política nacional e internacional de labios de sus propios líderes que estaban preparados para desarrollar análisis de los temas más complicados y encontrar soluciones, el socialcristianismo generó mucha simpatía porque era una fusión evangélica y política, Acción Popular hacía un recorrido regional y el Apra apostaba por la doctrina.
Los viejos partidos captaban mucha juventud en sus sedes institucionales, el matiz académico de la Democracia Cristiana planteaba la presencia de grandes oradores en su seno con gran sutileza y profundidad en sus planteamientos, Héctor Cornejo Chávez fue el heredero de la mística de una DC jerárquica y comprometida con el cristianismo el Apra nucleaba a los profesionales en su sede.
Los balconazos de Fernando Belaunde generaban entusiasmo a sus adeptos por su verso poético y la búsqueda de la integración nacional a un nuevo destino de construcción del país, “la conquista del Perú por los peruanos” bautizó a uno de sus lemas Fernando Belaunde, en la sede aprista de la Av. Alfonso Ugarte se reunía Haya de la Torre con los jóvenes realizando sus famosos coloquios.
Luis Alberto Sánchez además de político, fue un destacado escritor, rector y un ilustradísimo conferencista que atraía a muchos académicos y estudiantes por su retórica intelectual y filosófica, el Apra formó una generación de jóvenes políticos como Alan García y otros, pero fue Javier Valle Riestra quien lo catapultó a los debates constitucionales que marcó una gran época democrática.
Cuando se les pregunta a uno de estos líderes respecto a los debates que se registraban en la interna y por qué ya no se hacen, responden, ahora los partidos se han trasladado a la televisión, desde ahí se hace hoy la política, lo cierto es que los tiempos han cambiado y las canteras desaparecieron por falta de líderes, hasta ocurrir lo que pasa hoy, el ocaso de los partidos políticos.